miércoles, 10 de marzo de 2010

Murilo Mendez [1901-1975]

Murilo Mendez, poeta visionario

Poeta brasileño nacido en Juíz de Fóra (Minas Gerais) en 1901, y muerto en Lisboa en 1975. Su extensa obra poética, que lo sitúa entre los nombres más relevantes de la literatura brasileña, está compuesta por los siguientes títulos: Poemas (1930), História do Brasil (1932), Tempo e Eternidade (1935, en colaboración con Jorge de Lima), A poesia em pânico (1938), O visionário (1941), As metamorfoses (1944), Mundo enigma e os 4 elementos (1945), Poesia liberdade (1947), Janela do caos (1949), Contemplação de Ouro Preto (1954), Poesias (1925-1955) (1959), Siciliana (1959), Tempo espanhol (1959), Convergência (1970), Poliedro (1972); y O menino expermiental, (1979) y Janelas verdes (1989), aparecidos postumamente. Publicó, también, numerosos artículos sobre artes plásticas y literatura.

Lamento del poeta actual

Me dieron un cuerpo, sólo uno
Para soportar callado
Tantas almas desunidas
Que chocan unas con otras
De tan variadas edades;
Una nació mucho antes
De que yo apareciera en el mundo,
Otra nació con este cuerpo,
Otra está naciendo ahora,
Hay otras, ya ni sé bien,
Son mis hijas naturales,
Deliran dentro de mí.
Quieren cambiar de lugar,
Cada una quiere una cosa,
Ya no tengo más sosiego.
Oh Dios, si existes,
junta mis almas desencontradas.
       De O visionário (1941)



Cierto mar


El mar no me quiere,
El mar no sé por qué me abomina,
El mar autárquico:
Él me echa aletas y algas podridas,
Destrozos de maniquís y papeles viejos,
Arrastrando para lejos barco y sirena.
El mar tiene ideas singulares sobre mí,
Me manda recados insolentes
En botellas hace mucho olvidadas y sucias.
Suprime de repente el velero de 1752
Que venía costeando el muelie.
Suprime el velero y un bando de fantasmas
— Yo lo sé bien —
Únicos, pulidos, casi nada solemnes.
No aguanto más este canalia
Ni siquiera lo admito en el otro mundo:
Felizmente la eternidad es límpida,
Sin playas y sin lamentos,
He de espiarlo de Ia Gran rosácea,
He de verlo un día aliá, abajo,
Inútil: esponja exprimida, caparazón de canoa,
Dorso de fotografía.


Llanto del poeta actual


Me dieron un cuerpo, !sólo uno!
Para soportar callado
Tantas almas desunidas
Que se empujan unas a otras,
De tantas edades diferentes;
Una nació mucho antes
Que yo apareciera en el mundo,
Otra nació con este cuerpo,
Otra está naciendo ahora,
Bay otras, no sé bien cuántas,
Son mis hijas naturales,
Deliran dentro de mí,
Quieren cambiar de lugar,
Cada una quiere una cosa,
Nunca ya tengo sosiego.
Oh, Dios, si existes, junta
Mis almas extraviadas.

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